Ser gato. Además de lo que dice furoya y otros compañeros hispanoamericanos, por aquí, por los madriles, significa ser madrileño de pura cepa; al menos de 3 o 4 generaciones. Parece que se les llama así desde la época en que la fortaleza árabe de Magrit fue conquistada allá por el siglo XI por soldados castellanos de Alfonso VI. Un soldado escaló la muralla de la cuesta de la Vega, de más de tres metros y medio, para cambiar la bandera musulmana por la cristiana, con la habilidad de un gato. Tenemos testigos actuales de esta muralla en la zona del Palacio Real, la calle Bailén, la calle Mayor, el Viaducto sobre la calle Segovia y otros lugares del barrio de la Latina. Por este zona, en la cuesta de la Vega, por la que discurría un arroyo hacia el río Manzanares, se produjeron también los fusilamientos del 3 de mayo de 1808 (Goya) y no en la montaña de Príncipe Pío, según últimas investigaciones.